Blanqueamiento dental. Luce una sonrisa de ensueño

Una sonrisa bonita, blanca y radiante, es, nadie lo duda, una buena carta de presentación. Pero lo cierto es que, en gran medida, tener o no unos dientes bonitos depende de cuestiones genéticas. “El tono viene determinado por el color de la dentina. Se oscurece porque al envejecer el esmalte se hace más traslúcido y, además, influyen mucho los hábitos alimenticios que tengamos, además del hecho de si somos o no fumadores”, nos explican los especialistas de la White Smile.

Precisamente para ‘mejorar’ esos pequeños problemas estéticos que nos podemos encontrar relacionados con nuestra boca, hay multitud de opciones. Y una de las más demandadas, y que no hay duda que está de moda, son los blanqueamientos dentales. ¿Tienes claro en qué consiste? Vamos a intentar darte las claves de este tratamiento y, tal vez, la mejor manera es respondiendo a una serie de preguntas básicas sobre este tratamiento.

1. ¿Se daña el esmalte?
Una de las dudas que surge es si el esmalte sufre con estos procesos de blanqueamiento. En la White Smile, donde suele acudir Paula Echevarría a cuidar su sonrisa, aclaran que el esmalte permanece intacto, algo que pueden afirmar basándose en la experiencia, tras años de estudios y de su propia práctica. Así, explican que a los dientes no les sucede nada, salvo cierta sensibilidad post-tratamiento.

2. ¿Cuáles son las técnicas más utilizadas?
Lo más habitual es utilizar una técnica mixta, es decir, con tratamiento en la clínica y en casa, como nos explican en Smylife. En la clínica se aplica el producto blanqueante, que se activa mediante una lámpara LED, que lo que hace es abrir el poro del esmalte, para conseguir así blanquear la dentina. Normalmente requiere de unas dos o tres sesiones, depende de cada caso, de aproximadamente unos 20 minutos. Luego, hay que hacer un recordatorio del tratamiento en casa, por medio de unas férulas con producto que han de ponerse durante dos o tres noches para dormir, o bien durante unas horas por la tarde. Llevan el mismo producto blanqueante, pero con menos concentración de peróxido de hidrógeno, que es el componente principal. Cuando pasan esos días, el diente ya tendrá otro tono. Sí que se puede volver a poner la férula pasados unos meses como recordatorio, si notamos que se pierde algo el color.